Revista Lombriz. El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile activó un tratamiento fitosanitario urgente tras detectar la presencia de oviposturas de la polilla esponjosa (Lymantria dispar) en una nave proveniente de Corea del Sur.
Este hallazgo, ocurrido en el puerto de San Antonio, encendió las alarmas debido al alto riesgo que esta plaga representa para los ecosistemas y la agricultura chilena, informó la revista Reporte Agrícola.
UNA AMENAZA LATENTE
La polilla esponjosa es una de las plagas defoliadoras más destructivas a nivel mundial. Su voracidad y polifagia le permiten alimentarse de más de 500 especies de árboles y arbustos.
Esta capacidad incluye bosques nativos y frutales de gran importancia económica, como el manzano.
En Chile, esta plaga podría afectar gravemente especies nativas de la familia Nothofagaceae— coigüe, lenga, hualle y raulí — además de especies forestales cultivadas. En estadios avanzados, puede dañar incluso a las coníferas, lo que representa un riesgo ambiental y económico significativo.
PUERTO PUNTO CRÍTICO
El ingreso de la polilla esponjosa ocurre principalmente por vía marítima. Esto se debe a que las hembras adultas son atraídas por las luces en puertos y pueden depositar sus huevos en cascos, estructuras y contenedores de barcos.
Estos huevos presentan una resistencia impresionante a condiciones climáticas extremas. Por consiguiente, logran sobrevivir meses durante los viajes internacionales, poniendo en riesgo la bioseguridad nacional.
En este caso, la inspección en el buque BBC Elizabeth, proveniente de Corea del Sur, permitió al SAG detectar las masas de huevos — con su característica textura “esponjosa” —. Tras la detección, el SAG implementó de inmediato un tratamiento para eliminar el material biológico y evitar la introducción y el establecimiento de la plaga en Chile.
IMPACTO AGRÍCOLA Y FORESTAL
La polilla esponjosa ocasiona defoliaciones masivas que pueden debilitar crónicamente y llegar a matar árboles, poniendo en jaque ecosistemas completos.
En el ámbito de la fruticultura, su presencia reduce el follaje y el vigor de las plantas, disminuye la producción, eleva los costos de control y puede derivar en restricciones comerciales por cuarentena, perjudicando la economía local.
Afortunadamente, la detección oportuna y el protocolo de emergencia implementado resultaron clave para contener esta amenaza y proteger los recursos naturales y productivos del país. El SAG continúa con una fiscalización rigurosa en puertos, especialmente en naves procedentes de Asia, para evitar futuras incursiones de esta y otras plagas peligrosas. (Fuente: Reporte Agrícola)




