por Revistalombriz | 25 am8202509302025 2024 | Sostenibilidad
Jacqueline Camargo – Revista Lombriz. El Perú celebra cada 1 de septiembre el Día del Árbol, una fecha para reflexionar sobre la importancia de proteger la inmensa riqueza natural que ofrecen sus bosques y áreas arboladas.
Nuestro país alberga una asombrosa biodiversidad arbórea, con más de 16 mil especies de árboles distribuidas principalmente en la sierra y la selva amazónica, según datos del Ministerio del Ambiente.
Esta abundancia convierte a los bosques peruanos en auténticos pulmones del mundo, vitales para oxigenar el aire, purificar el ambiente y reducir gases contaminantes.
Los árboles no solo aportan bienestar ambiental, sino también beneficios directos para la sociedad: proveen alimentos, poseen propiedades medicinales, y ofrecen refugio a numerosas especies de fauna silvestre que forman parte esencial de los ecosistemas.
Entre las especies más emblemáticas figuran la quina, el molle, el algarrobo, el aliso y el huarango, cada uno con un papel fundamental en la historia, cultura y economía local.
Perú ocupa posiciones destacadas a nivel mundial por su superficie forestal y la diversidad biológica de sus bosques, que albergan el 70% de las plantas alimenticias y el 80% de las especies medicinales del país.
Sin embargo, esta gran riqueza está amenazada por la deforestación y el cambio climático, por lo que celebrar el Día del Árbol es también un llamado urgente a la conciencia y acción para conservar esta invaluable fuente de vida.
Cuidar los árboles equivale a cuidar el futuro, porque su existencia está directamente ligada a la calidad de vida de las personas, los animales y el equilibrio del medio ambiente en el Perú y el planeta.
por Revistalombriz | 25 am6202557312025 2024 | Sostenibilidad
Jorge Rodríguez – Revista Lombriz. La región Cusco enfrenta una grave crisis ambiental y de seguridad debido a la activación de 41 incendios forestales que, hasta el jueves 10 de julio, afectaron 232.45 hectáreas de cobertura natural y provocado la muerte de una persona.
El Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) reporta que los focos de fuego se concentran en zonas críticas como Yaucat (Cusipata, Quispicanchi), donde el incendio arrasa con pastizales y bosques de manera peligrosa, y en distritos como Omacha (Paruro), Santa Teresa, Echarate y Pichari (La Convención).
Ante el incremento alarmante de incendios en las últimas dos semanas, la región Cusco fue declarada en Alerta Roja debido a las condiciones climáticas adversas que favorecen la propagación del fuego.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) advierte sobre bajas temperaturas combinadas con alta radiación solar, ráfagas de viento y ausencia de lluvias, mientras que la vegetación densa, alta y seca en las zonas altoandinas aumenta el riesgo.
Miguel Oscco Abarca, director de la Oficina de Gestión de Riesgo de Desastres y Seguridad (OGRDS), señaló que, aunque las cifras actuales son tres veces menores que el año pasado en el mismo periodo, la situación sigue siendo preocupante.
El incendio más prolongado ocurrió en la comunidad de Sambor (Huarocondo, Anta), donde el fuego duró tres días y requirió la intervención conjunta de bomberos, Policía Nacional y brigadas comunales.
Las autoridades hacen un llamado urgente a la población para evitar quemas agrícolas descontroladas, arrojar colillas de cigarro o encender fogatas en zonas boscosas, con el fin de reducir el riesgo y proteger los ecosistemas y la vida humana en esta temporada crítica.

por Revistalombriz | 25 am6202554312025 2024 | Sostenibilidad
Johé Gálvez – Revista Lombriz. El Ministerio del Ambiente (Minam), a través de su Programa Bosques, invirtió alrededor de S/170 millones desde 2010 para conservar más de 4.8 millones de hectáreas de espacios boscosos en la Amazonía peruana.
Esta estrategia integral articula esfuerzos con comunidades nativas, campesinas, pequeños usuarios del bosque y diversas organizaciones públicas y privadas.
Max Sáenz, coordinador ejecutivo del Programa Bosques, destacó que en estos 15 años se ha logrado impactar en más de 32,000 familias de aproximadamente 420 comunidades en 10 regiones del país.
Entre las acciones clave están las Transferencias Directas Condicionadas (TDC), que otorgan incentivos económicos a las comunidades comprometidas con la conservación.
El programa también impulsa proyectos de inversión pública en alianza con el Fondo de Inversión Forestal (FIP – Perú), que brinda soporte técnico y financiero para desarrollar planes de negocio sostenibles.
Solo en 2024 y lo que va de 2025, se destinaron más de S/50.2 millones, con apoyo del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Para garantizar la protección efectiva, el Programa Bosques monitorea la cobertura boscosa mediante la plataforma Geobosques, generando alertas tempranas y reportes para activar medidas preventivas.
Además, fortalece la vigilancia comunal con la entrega de más de 80 kits de vigilancia y la realización de 380 talleres de capacitación, beneficiando a cerca de 2,000 participantes.
Estas acciones, certificadas bajo el estándar internacional ISO 9001:2015, consolidan el compromiso del Minam con la conservación sostenible y el desarrollo de las comunidades amazónicas.
por Revistalombriz | 25 am5202559302025 2024 | El especialista
Micjael Ccopa – Revista Lombriz. Un innovador proyecto estudiantil que utiliza drones y plataformas digitales para mapear y recuperar las hectáreas perdidas de bosques de queñua será presentado en la Tercera Feria Generación Innovadora de Tecsup el 26 de junio, como parte de los emprendimientos surgidos de «Juntos por el Agua».
El proyecto nace de una realidad alarmante: de las más de 10,000 hectáreas de árboles de queñua que existían en la región, actualmente quedan 9,000 hectáreas. Estos bosques son fundamentales no solo para generar hábitat natural, sino también para crear reservas de agua, recurso vital para el desarrollo sostenible de Arequipa.
Según explicó Óscar Medina, del Centro de Innovación de Tecsup y docente de la institución, los estudiantes «han identificado que con un dron pueden mapear todas estas zonas, con sensores pueden generar información y aterrizarla en una plataforma donde tanto los investigadores como las comunidades que se encuentran en el entorno puedan tomar mejores decisiones».
La propuesta estudiantil pone la tecnología al servicio del medio ambiente mediante la integración de tres componentes clave: el mapeo con drones, que permitirá identificar zonas afectadas y evaluar el daño mediante topografía aérea; sensores especializados, que recopilarán datos precisos sobre el estado del terreno y su viabilidad para la reforestación; y una plataforma digital, que centralizará esta información en una página web accesible para investigadores, autoridades y comunidades locales interesadas en tomar decisiones informadas.
TRABAJO COLABORATIVO
El proyecto no surge de manera aislada. Los estudiantes participaron en el Acuatón organizado conjuntamente por todas las incubadoras de la región, donde las autoridades del agua actuaron como mentores, proporcionando información valiosa sobre la situación actual de estas zonas críticas.
«Ellos han ido recolectando información, han ido diseñando un prototipo de una página web para aterrizar esta información, y sabemos que Tecsup cuenta con el equipamiento y los drones para poder materializar este proyecto», explicó Medina.
De la Innovación a la Acción
La siguiente etapa del proyecto implica:
Despliegue en campo: Ejecución del mapeo aéreo en las zonas identificadas
Coordinación institucional: Trabajo conjunto con autoridades del agua y organizadores del Acuatón
Estrategia de reforestación: Definición de las mejores prácticas para recuperar las hectáreas perdidas basándose en datos científicos
La presentación oficial de este y otros proyectos innovadores tendrá lugar durante la Tercera Feria Generación Innovadora, confirmando el compromiso de Tecsup con la formación de una nueva generación de profesionales que combinan excelencia técnica con responsabilidad ambiental y social.
por Revistalombriz | 25 am5202537302025 2024 | Sostenibilidad
Johé Gálvez – Revista Lombriz. El Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), bajo el Ministerio del Ambiente, inició en 2025 a un ambicioso proceso de recuperación de 60 hectáreas de suelos degradados en Madre de Dios, región gravemente afectada por la minería aurífera.
Esta intervención representa el 25% de las 250 hectáreas contempladas en la primera fase del proyecto, que busca devolver la vida a ecosistemas devastados y construir alternativas económicas sostenibles para las comunidades locales.
El plan, con una duración de un año, tiene como objetivo restaurar integralmente el entorno natural y reactivar las economías familiares y comunales a través de oportunidades productivas que no dependan de actividades extractivas.
Hasta la fecha, cerca de 100 familias de comunidades como Sol Naciente, Alto Libertad, El Pilar, San Jacinto y Villa Santiago ya se benefician de módulos de piscicultura, horticultura tecnificada, crianza de aves menores y producción de bioabonos, proyectándose un incremento de ingresos de al menos 30%.
La estrategia de restauración incluye la siembra de leguminosas que fijan nitrógeno, alcanzando hasta 23,9 toneladas de biomasa por hectárea. Esto ha incrementado la materia orgánica del suelo en más de 1,200% y reducido la temperatura superficial en hasta 20°C, sentando bases para un ecosistema más resiliente.
Un componente innovador del plan son los “espejos de agua”: pozas mineras abandonadas de más de 10 metros de profundidad, que ahora se evalúan para cultivos de peces en jaulas flotantes, priorizando especies como el paco y la gamitana, menos propensas a acumular mercurio.
Pese a que la minería sigue vertiendo unas 180 toneladas de mercurio al año, el IIAP demuestra que la recuperación es posible.
}“Trabajamos para devolver vida a los ecosistemas afectados y ofrecer alternativas productivas sostenibles a nuestras comunidades”, destaca Ronald Corvera Gomringer, director regional del IIAP. Este esfuerzo marca un nuevo pacto entre sociedad y Amazonía, apostando por la sostenibilidad y la vida