Glaciares al borde del colapso y su desaparición silenciosa

Glaciares al borde del colapso y su desaparición silenciosa

Maryorie Guillen / Revista Lombriz. Cada 21 de marzo, el mundo gira la mirada hacia las moles de hielo que custodian las montañas y regulan el equilibrio climático global. El Día Mundial de los Glaciares, declarado por las Naciones Unidas, no es solo una fecha en el calendario, sino una advertencia latente sobre la crisis ambiental que amenaza a estos gigantes de agua dulce.

En el Perú, donde los glaciares son parte del ADN de los Andes, el panorama es preocupante. Según el Inventario Nacional de Glaciares y Lagunas de Origen Glaciar 2023 (Inglog 2023), el país alberga 2084 glaciares que cubren 1050 km². Sin embargo, la herida es profunda: en seis décadas, el 56% de la superficie glaciar ha desaparecido. Lo que antes era un paisaje imponente de cumbres nevadas, hoy es un rastro de deshielo acelerado.

Los centinelas del agua en peligro

Los glaciares no son solo una postal turística; son reservorios de agua dulce esenciales para la vida. La Cordillera Blanca, en Áncash, resguarda algunos de los picos más emblemáticos del país. El Huascarán (6768 msnm) se alza majestuoso como el más alto del Perú, mientras que el Alpamayo sigue cautivando con su belleza inigualable. Sin embargo, el retroceso del Pastoruri se ha convertido en un símbolo de la crisis climática, donde antes brillaba la nieve, hoy quedan parches de roca desnuda.

En Cusco, el glaciar Quelccaya, el más grande de los Andes tropicales, se derrite a un ritmo alarmante. Sus registros históricos sobre el retroceso del hielo son una prueba irrefutable del impacto del calentamiento global. Mientras tanto, en la región Lima, los 183 glaciares y 953 lagunas de origen glaciar son testigos silenciosos de un cambio que avanza sin pausa.

Acciones para el futuro

El Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem), entidad adscrita al Ministerio del Ambiente (Minam), lidera esfuerzos para monitorear y mitigar la pérdida glaciar. Desde expediciones científicas hasta campañas de concientización, la labor es gigantesca, pero la respuesta debe ser colectiva. Reducir las emisiones de carbono, proteger los ecosistemas y fomentar el uso sostenible del agua son acciones clave para prolongar la vida de estos colosos naturales.

Hoy, en el Día Mundial de los Glaciares, el mensaje es claro: el tiempo corre en contra, y el destino de nuestros glaciares está en nuestras manos. ¿Seremos testigos de su desaparición o guardianes de su conservación? La respuesta depende de todos.